lunes, 6 de julio de 2009

ESLABONES



Cuando estaba aun en 3er año de secundaria, el bichito de los romances amicales y noviales, entro en mi vida, la atracción y todas las demás sensaciones de mariposas en la cabeza y hormigas en el estomago o creo que es al revés, como sea, por ese entonces me gusto mi compañera de salón si, la mas bonita, no era una princesa sheccid como de las obras de Carlos Cuauhtémoc, en fin era atractiva, mas paso un año y la adolescencia como siempre pasa en las chicas, además de hacerles cometer locuras, también les hace subir unos kilos de mas, en mi caso, la chica de tez blanca, ojos juguetones, subió como el doble de peso, no era ni la sombra de lo que fue cuando la conocí en tercero cuando comenzaban las clases, ahora en cuarto año era una imitación de movidick en fin cosas que desilusionan y vaya como golpean, pero esa seria mi primera lección que no todo es perfección y curvas.

En cuarto año mi instinto animasculino empezó otra vez a jugarme sucio, era una niña de ojos grandes, cabello negro, mas negro de lo que se pueda describir, una de las que aparecen de la nada, iba con otra niña, una pecosas de las que se les pegan a las más bonitas como sanguijuelas queriendo robarle o absorber un poco de su belleza, ese fue un flechazo a primera lección de idioma, una ecuación perfecta en matemática y el verbo que quería conjugar con ella, era querer, en presente futuro pero siempre en pasado, mas como siempre pasa con las mas bonitas, o bien tienen novio, están saliendo de una relación o están en una de la que no pueden salir, pero yo la iba a salvar del maldito que se creía su dueño, mas el día que decidí hacerle saber lo mucho que la quería y quería conjugar ese verbo con ella, aquel día ella me dijo que amaba al tipo con el que salía y lo amaba con toda el alma que a mí me quería y que si podíamos ser amigos seria genial, quizás fue mi primer desplante, chote, o patadita a un costado como quieran llamarlo, en fin tenía un nombre raro más raro que la primera su nombre era como combustible, pero esa ya es otra historia, así paso ese año pero a mediados del mismo, como dicen si una puerta se te cierra, se te abren dos más, en este caso quizá se me abrió una ventana.

A mediados de junio en cuarto año me presentaron una visitante, de esas que llegan a los colegios para hacer un mes o un par, estaba un año inferior al mío, pero era linda, y además muy extrovertida, tanto que yo que pensé abordarla pero termine por ser abordado, a la primera semana todo fue genial, pasaron dos y también seguía siendo genial, de no ser por haber ido a su cuarto una noche de junio esas de mucho frio, cuando tiritaba y nada podía abrigarme, entonces en su infinita bondad y gran inocencia, supongo, porque yo no pensaba en otras cosas por ese entonces, pase a cobijarme en su habitación estábamos sentados en su cama, probaba la suavidad de su colchón y escuchaba atento las historias que ella tenía de la capital, me contaba como había tenido varios novios el año anterior, y que yo era el tercero, vaya condenada, en fin la quería y la escuchaba. De pronto se abrí una puerta, y no es que ella me haya cortado y terminado la relación, si no que su tía se entrometió a la conversación escandalizada y satanizando el momento, me hecho a la calle, amenazando con que me las vería si me volvía a acercar por allí, y así fue, traumático pero me enseño muchas cosas sobre las chicas, no se si cortamos, esa noche, solo se que el miedo me envolvió y no quería verla nunca mas. Mas la vida no te hace caso, ni le hace caso a lo que quieres, y la volvería a ver después.

En quinto de secundaria después de las traumáticas relaciones que había tenido con el sexo opuesto, estaba decidido a no tener una mas, en fin podía seguir solo o eso pensaba, cuando de pronto un balón de voleibol pego en mi pantalón favorito, era de color blanco, y el balón era de color tierra con huellas de lodo, era de color blanco también, nada más que se había dado un retoque en el lodo, perdón me dijo ella sonriendo, y yo casi le mentó, pero al levantar la cabeza después de intentar quitarme las manchas me encontré con los ojos mas lindos esos de aquellos que no volvería a ver y que estaban muy pronto a irse de allí pero como siempre me pasa no medí consecuencias, aquella mirada seria el comienzo de una relación de casi un año, bueno un año y casi un mes, una de la que no quisiera escribir ahora y espero me entiendan, puesto que no tiene nada de cómico como las anteriores, por lo que estaría fuera de lugar en esta historia.

Quizás sea bueno escribiendo pero cuando hablo soy un cero a la izquierda no tengo rima, ni prosa, ni versos, solo salen de mi un sinfín de palabras que a veces dañan a los que quiero, que a veces las hacen quererme pero que casi siempre, me llevan a sufrir, prometer, mentir, engañarse a uno mismo, pensando que mañana será mejor, cansa y cuando cansa se rompen promesas, se olvidan sueños y se vive por vivir, pero con estas tres menciones de mi vida de pareja, podría concluir que no es lo que llegue a suceder al final, si no como vivas el momento con esa persona que crees que es especial.


“La felicidad no es un destino, es el camino”