sábado, 1 de mayo de 2010

NO SERE TU LANZA


No puedo soportar hacer más daño, no puedo soportar llevar la lanza que se adentra en tu corazón a cada paso. No quiero sentir que soy la mano ejecutora de tu sufrimiento, la que se instala en tus entrañas y allí dentro se introduce y te hace sangre. No puedo seguir hiriéndote con mis palabras, no puedo seguir elevando mi mirada y que tu la sientas como una estocada. No puedo dejar que aflore mi dolor y que tu lo veas, no puedo, porque el dolor tan grande que siento es la cosa que más daño puede hacerte. No quiero que me veas llorar, no quiero que me veas triste, no quiero que me veas distante o ausente. No quiero que cuando me mires, te sientas culpable de lo mal que me siento. No quiero, no puedo, no tengo derecho a hacerte tanto daño con mi triste presencia. Por eso, he decidido, estar siempre alegre, mirarte a los ojos con amor, con ese amor tan inmenso que siento y darte todo lo que encierre mi alma dentro. Por eso dejaré encerrado el dolor en mi corazón y delante de ti nunca más saldrá a flote, porque por nada quiero herirte, porque sentirme tu lanza, tu cuchillo, provoca que me muera por dentro. Por eso, te cuidaré, te mimaré, te amaré con todas las fibras de mi ser, para que ese dolor que hasta ahora te he causado con el mío propio, no vuelva a ser justiciero en tu corazón nunca más. Se acabo el dolor mi amor, sólo habrá buenos momentos entre los dos.