lunes, 5 de enero de 2009

NO PUEDO

Eran las cuatro de la mañana cuando me despertaron los lamentos de mi corazón, no hacía ni una hora que había conseguido conciliar el sueño por lo que me sentí bastante molesto.

- Ayyyy, ayyyy - se quejaba el muy rosquete.

- A ver ¿qué te pasa ahora?

- pregunté mientras me incorporaba y encendía las luces.

- No lo sé, me siento triste... demasiado triste.

- Tú siempre estás igual ¡Carajo!. Maldito músculo sensible y llorón.

- Ayyy no me regañes, por favor. No me encuentro bien.

Suspiré cansado. A través de los cristales de mi ventana (no tengo cortinas jajaja) se reflejaba la luz anaranjada de las luces de la plaza; tan deprimentes y viejas como siempre. Decidí encenderme un cigarro.

- Vamos tío ¡no jodas!

- se quejó mi pulmón derecho

- que ya estaba dormido.

- No me lo digas a mí - protesté

- si no a éste, que otra vez está llorando.

- Ayyy, ayyy... quiero morir.

- ¿Y qué le pasa ahora?

- preguntó el pulmón.

- ¡Y yo qué sé!. A ver tú, deja de llorar y dinos de una maldita vez qué te ocurre.

- No lo sé... estoy muy mal.

- Veamos... ¿te paso algo malo hoy? ¿Alguien te dijo una mala palabra? ¿Te menospreciaron?- No... ayyyy, creo que no.

- ¿Viste acaso una escena triste? ¿Una niña que moría? ¿Un perro abandonado?

- No... y aunque así hubiera sido hace ya mucho que me acostumbré.

- Entonces ¿te duele algo?

- De tanto sufrir ya no diferencio el dolor.

- ¿No tendrá otra vez que ver con ella?

- Ella me quema, se me clava en la carne pero reconozco su herida.

- Entonces... ¿qué es?

Siguió lloriqueando como una marica y como odio lo hagan mis sobrinos. Volví a mirar a la ventana y me sentí terriblemente molesto.

- Vamos a dormir - le dije - se acabaron las escenitas para hoy mira que me tienes huevon con esto.

- Ayyy, no puedo dormir... no quiero hacerlo.

- Me da igual lo que digas. He dicho que vamos a dormir.

- No por favor... tengo tanto miedo.... no quiero seguir en esta oscuridad, quiero que llegue la mañana, que te quedes conmigo hasta que de nuevo brille el día. Me aterra quedarme despierto entre tanto silencio.

- ¿Que me quede contigo? pero ¿sabes acaso lo que estás pidiendo? Vamos, ¡madura de una maldita vez! Puto corazón de mocoso. No puedes seguir lamentándote por todo, quejándote y sufriendo por cada cosa. ¿No comprendes que me estás jodiendo a mí?

- Hasta cuando voy a tener que soportar tus niñerías, tus lloriqueos de adolescente, quiero estudiar y no puedo, quiero leer y no me concentro y ya no se ni que escribir, no te das cuenta que no puedo hacer nada frente a esto, no te das cuenta acaso que yo lo quiero pero no es todo lo que uno quiere, no puedes entender acaso que me duele mas a mi que a ti, acaso no has hablado con mis ojos, acaso no has escuchado mi garganta que se quiebra siempre que el cerebro me trae su recuerdo, tu mejor que nadie sabe que la quiero aqui y ahora... mierda!! por que no me entiendes, y me heche a llorar...

Aparté las frazadas y salí de la cama - si ves un amanecer hermoso lloras como una enamorada, si es un día de lluvia te sientes acongojado. Te asustas ante cualquier muchacha hermosa, pero luego añoras su presencia. No quieres saltar por miedo a la caída aunque te quemen las ganas de hacerlo. Una y otra vez te quejas de las rutinas pero tiemblas cuando te saco de casa. Una palabra bonita, una caricia en un hombro, una canción... todo, ¡todo te conmueve! Es imposible vivir ya contigo.

- Ayyyy, ayyyy, no puedo más.


- Yo soy el que no puede más, el que he de cargar contigo como carga el preso con su condena. Eres tan frágil que siempre temo partirte, herirte. Ya no sé ni como hablarte, cualquier palabra te molesta, cualquier verdad te ofende. He de escoger lo que puedes ver, lo que puedes escuchar... Eres una maldita carga que no me sirve para nada y me esta cagando la vida por favor ya déjate de inmadureces por favor te lo estoy pidiendo de rodillas maldita maricona dejes de actuar así, se como antes de conocerla, se como antes de amarla por una puta vez, cambia o si no vete.

- Para, por favor, para.

- No, no voy a parar. Dime ¿quién te hizo tanto daño para que seas tan vulnerable? ¿Tuviste acaso una mala vida? ¿No te dieron cariño y calor? ¿Te faltaron los abrazos? ¿Los besos? Entonces ¡qué quieres! ¡Qué necesitas ahora! Tú nunca estás conforme, siempre quieres más, siempre pides más. Nada parece satisfacerte, agradarte. Noche y día, día y noche pidiendo y exigiendo, como si fueses lo único importante en el mundo, como si no tuviese otras cosas de que preocuparme ya déjame en paz de una puta vez. me stas cagando, yo no se que hacer, ya no me entiendes acaso, yo no puedo hacer nada mas, ya no esta en mi ahora... mi garganta se quebro, mis ojos empezaron a nadar en lagrimas y yo, y yo no puedo mas...

- Déjalo... yo...

- Yo, yo, yo. Tú, asqueroso egoísta. Tú celoso y victimista. Hipócrita. Desagradecido. Mezquino, cobarde.

- Basta, basta.

Caí sobre la cama. Me sentía tan furioso que podía encender un cigarrillo con solo acercarlo a mi cabeza, y por mi corazón, nada, hubiera sido capaz de arrancarlo a bocados. Fijé la vista en el armario entreabierto y traté de calmarme. Encendí un segundo cigarro, esta vez, ninguno de los pulmones dijo nada.

- Perdona...

- comenzó a decir sorbiendo las lágrimas

- quizás esta vez...

- Quiero que te largues

- respondí tajante y soltando el humo del cigarrillo y por los ojos fuego.

- ¿Qué? Respondió sorprendido

- Que quiero que te vayas. Que salgas de mi cuerpo, de mi casa y de mi vida. Que jamás vuelvas que te largues por favor no te quiero un segundo mas ¡VETE!

- Pero... no puedes estar diciéndolo en serio ¿a dónde voy a ir?

- No lo sé. No me importa. Lárgate.

- Escucha Elito, por favor. Todo puede hablarse, todo...

- No, no escucharé ni una más de tus palabras, no me dejaré arrastrar por tus lamentaciones o por tus chantajes, ya he tenido suficiente de ti, no sabes como se quejan mis ojos, mis pulmones que ni siquiera el cigarrillo les hace tanto daño, has llegado a enfermar hasta el estomago y mi lengua que ya no conoce sabores todo por tu culpa y no te digo nada mas por que solo quiero que te vayas. Vete. Lárgate.

- Pero...

- ¡Fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Se revolvió dentro, y volvió a llorar. Poco a poco comenzó a moverse, a subir por mi pecho hasta llegar a la garganta donde se detuvo un momento, quizás esperando mi arrepentimiento, pero todo lo que hice fue abrir la boca invitándole a salir. No dijo nada más, simplemente se subió en mi lengua y luego saltó al vació hasta caer al suelo.

Yo miré a otra parte. Sentí como rodaba por el suelo, como se encaminaba hacia la puerta, dejando tras de si un rastro de sangre y llanto.Entonces sentí frío, parecía que un viento helado hubiese entrado en mi cuerpo adueñándose de cada músculo, de cada nervio.

Me acurruqué bajo las mantas y cerré los ojos...

Esta mañana me desperté helado, las lagrimas han inundado mi almohada, mi voz se ha quebrado y un arrenpentimiento muy grande ha tomado forma en mi cuerpo, voy a salir, voy a buscarlo y pedirle perdon, por que sin el, no soy yo, y que mas da sufrir pero ser feliz asi, y que mas da vivir un dia complaciendolo que vivir mil vidas y no saber hacerlo, y creo que se a donde se fue, al lugar donde una vez fue feliz, a las manos donde una vez se acurruco y se durmio, se que se fue a hablar con esos ojos que una vez le hicieron ver cosas increibles, se fue a ese cuerpo donde el aroma a rosas nunca se acaba, se fue en busca de ella por que solo ella lo entiende, es mas, le entiende mejor que yo y le conoce mejor que yo, por que ella le ha enseñado cosas que yo por mi cobardia y mi falta de valor nunca hubiera podido enseñarle, por eso lo voy a buscar...

Eternamente...

2 comentarios:

Litssez Carla dijo...

claro que podemos hablar; solo que no se que palabras han de salir de mis labios para matarte una vez mas,no se si es que vuelva a darle condiciones a tu amor, no se que vaya a ocurrir cuando tus palabras se encuentren con las mias...

Anónimo dijo...

Esto lo cogiste de otro blog, me puedes decir su nombre? Me encantaba y no lo encuentro...