jueves, 30 de octubre de 2008

UN PASEO POR LA MAÑANA


Salí a pasear por la mañana, me fui al campo, (a mis chacras además todo esto es campo) buscando ver algo nuevo, sin embargo sólo vi esos ojos que me traen loco. No sé por qué, y por supuesto, tampoco sé cómo evitarlo.

El mejor remedio que he encontrado, es no verlos durante unos días, me olvido de ellos, o al menos eso creo. Sin embargo, cuando los vuelvo a ver, vuelven a apoderarse de mí de una forma tan tiernamente cruel que durante el tiempo que paso junto a ellos, olvido que son la causa de mi locura.

Dejo atrás el campo verde de maizales pequeños y cebada, y me acerco al parque, hay niños felices otros listos, camino al colegio, personas presurosas yendo a trabajar, hay de todo, pero tus ojos, tu sonrisa y, por qué no decirlo, tu cuerpo, me persiguen: no consigo echarlos de mi cabeza. Imagínate lo difícil que me resulta echarlos de mis sueños, será por eso que ya ni duermo.

A pesar de las dificultades, estoy llegando al puente, cruzo el río y me encamino a mi casa solo tengo que pasar la avenida principal. Cada paso que me acerca a ella, me aleja un poco de ti. Espero algún día, poder alcanzarte, recuperarte y poder decirte todo esto que ahora te escribo. Aunque, la verdad no sé ni para que lo escribo, ya que no creo que te interese, por que solo fue un paseo por la mañana...

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