viernes, 14 de noviembre de 2008

MESVERSARIO IV (Padres – Hijos – Amigos – Novios)


La siguió con la mirada mientras se subía en el autobús y todavía se quedó un rato parado en la vereda, cuando el autobús ya se había ido.


“Pues no está mal la chiquilla. Además de ser agradable.” Pensó para si…


Apartando a Clara de su cabeza, comenzó a andar hacia su casa. Le quedaban veinte minutos de caminata, y otros para 30 en autobús, así que sacó su libro de García Márquez y empezó a caminar. Le había costado un tiempo dominar la técnica de leer y andar al mismo tiempo (gracias bito) pero, después de algún pequeño accidente lo había conseguido…


Aún en el autobús, Clara seguía de mal humor, no se le había quitado aún el color de las mejillas, cuando volvió a encender el celular. Tenía dos llamadas pérdidas, justo cuando iba a ver de quién

era, el cel… comenzó a sonar…


¿Y ahora que quieres?
….Ya te dije que te lo metieras por donde se te antoje.
….Si, es mi última palabra.
….No te preocupes, no volveré a arrastrarme llorando, ¡OK!


Colgó de golpe, cuando levantó la mirada, aún con la cara roja de rabia, pudo ver que todas las cabezas del bus se habían girado hacia ella. Les dirigió a todos una mirada furiosa y se bajó en la siguiente parada. Necesitaba caminar, estar sola y sobretodo pensar.

“No, en Leito, no.”

En el fondo sabía que había habido algún chispazo entre ellos. Tal vez no una llamarada con lenguas de fuego y todo, pero sí, había surgido algo, de eso estaba segura. Su intuición femenina ese sexto sentido de toda mujer que casi no fallaba (por no decir nunca) se lo decía y ella sabía que podía hacerle caso.

“¿Y Erick? Que se vaya a la mier… ¿No me dejó él a mi primero? Pues ahora que vaya a buscar y a galantear a otra.”

Cuando llegó a la puerta de su casa, se había auto convencido de que Erick era historia.

“Un gran paso Clara.”

Sonrió por primera vez desde que salió de prácticas, pero cuando se tiró en el sofá para hablar con Nataly, una de sus mejores amigas y compañera de clase, y se dio cuenta de que se había despedido de Leito de forma muy seca. En fin…

“Puto Erick. Y Leito ¿Qué pensará de mi?”

Tras dos timbrazos, la voz de su amiga apareció al otro lado de la línea…

¿Sí?Nata… soy Clara.
Gracias a dios. ¿Estás bien?
Sobreviviré
– sonrió para sí. Esperaba la reacción de Nataly cuando le contase sus ideas sobre Leito.
¿Así qué te ha tocado en prácticas con “ese”? – el énfasis que puso en “ese” hizo que a Clara le doliera el estómago y algo mas.
No tuve remedio…
Ya me lo dijo Angie, ay niña es que siempre eres la última…
¿Qué te dijo Angie?
Que habías llegado tarde, cuando él también lo hizo, además. Lo que le pareció raro, porque sospechaba que habían venido juntos de algún sitio.
¿De veras? – “¡Que chismosas son!”
Si. Pero espera sabes lo mejor. Me ha dicho, que alguien le ha contado que los vieron salir juntos de la facultad… ¡para ir a comer! ¿Puedes creerlo? ¿Cómo pueden pensar qué tú te juntarías con “ese”?

Iba a responderle contándole todo lo que había pasado, pero por un momento, comprendió que Nataly no la entendería, así que rehuyo la contestación…

Ya te digo…. En fin, clarix, tengo que colgar que mi mami está que me llama…
Nos vemos mañana, Un besito.

Besitos.Colgó el teléfono, la conversación le había dinamitado el poco ánimo que le quedaba tras su discusión telefónica con Erick.

“Una ducha y me meto en la cama.”

Contenta con su decisión se fue derechita al baño; apenas había acabado de desvestirse cuando el teléfono empezó a sonar de nuevo…

¿Otra vez? ¿Qué tripa se te ha roto?
…..¿Sólo un juego? ¿Piensas qué soy idiota?
….Has hablado con ella y le has dicho qué no significó nada para ti… me parece perfecto.
.....No, no tengo intención de disculparme.
….He decidido darte punto y aparte. En algunos momentos, fui feliz contigo. Ahora puedes irte con quien quieras.
….¡Adiós!Volvió a colgar, era la tercera vez en el día que le colgaba…
“Debe de ser imbécil. En fin…”

Con resignación se metió en la ducha… de donde volvería a nacer.

Llegó a casa más tarde de lo normal, sin tan ni siquiera haber pasado de página.
Había estado todo el camino dándole vueltas a Clara.

“No, no y no. ¿Y por qué no? No es mi tipo. ¿A no? No. No, es muy infantil viste ese portafolios. Creí que nos gustaban las chicas simpáticas, inteligentes y agradables. Sí… Además tiene los ojos castaños más bonitos que hemos visto. Ya…”

El diálogo interminable, siempre se atacaba con los mismos argumentos, en cambio era incapaz de rebatirlos de manera lógica y cabal. Un simple “porque no” no le bastaba.Leito cariño, ¿podrías quitarte los zapatos? No me pises la alfombra con ellos.
La voz de su madre le devolvió a la tierra.
¿Qué tal en las prácticas?
Bien… Están en algo…
¿Has hecho alguna amiga?

A pesar del cambio, Leito había aprobado todas las asignaturas de las que se había matriculado, pero, aún así, sabía que su hijo no lo estaba pasando bien… en otro aspecto… y ella sabia…
No. Además me ha tocado con una chica.
Su madre sonrió.

“No lo preguntes, no lo preguntes.”
¿Es guapa?

Cuando contestó, arrastró las palabras, como en un susurro…

Si… Me voy para la cama.
Son solo las siete…

Avísame para bajar y cenar. Por fa…
Besó a su madre en la frente y se fue a su habitación. No encendió la PC, total no tenía Internet. Su padre se lo iba a poner como premio por aprobar todo el anterior semestre, pero él no quiso, no tenía ganas de estar constantemente hablando con sus antiguos amigos, con su antiguo todo. En el fondo, prefería un cambio total de aires.
Alguna llamada esporádica pero nada más.
En cambio, aún conservaba sobre el escritorio, la última foto que se había echo, dos días antes de su partida.
Estaban todos, incluso Alida…

“No pienses en ella. Eso murió hace mucho tiempo, antes de empezar…” tu sabes, los libros siempre se terminan.

Tumbó la foto para no seguir mirándola y se echó en la cama. Ni siquiera encendió la PC o la tele, estaba desganado.
Intentó dejar la mente en blanco, pero sorprendentemente, sólo le venía una pregunta a la cabeza…

“¿Qué estará haciendo?”

Clara, después de ducharse, se había dedicado a pasar apuntes a limpio. Al cogerlos en clase, le quedaban bastante mal y prefería perder un poco el tiempo en ponerlos bonitos.Cuando su madre la llamó a cenar, había puesto al día sus apuntes…
“No tengo su letra pero están bien.”

Mientras estaba entretenida con los apuntes, no tuvo oportunidad de pensar ni en Leito ni en Erick ni en sus amigas de clase. Ya se ocuparía de eso en otra ocasión…
Que rico huele, mami.
Se acercó a su madre y la besó en la mejilla.
¿Qué tal las prácticas?
Muy bien, me encantan.
¿Y tu compañero?
Miró a su madre sorprendida. Su padre sonrió…
Ha llamado Manuel y me lo ha dicho.
¿Es guapo Clara?
Mamá, sólo es mi compañero de prácticas. Nada más.
No te molestes con ella, Manuel nos dijo que habían ido a comer a su bar y le pareció buen chico, sólo eso.
Si no me molesto…

Los colores poblaron rápidamente sus mejillas. Sus padres se miraron y sonrieron…
Bueno y ¿qué tal es el chico?
Agradable…
No te noto muy convencida.
Bueno…
Anda cariño, deja a la niña, tal vez aún necesite alguna conversación más con ese chico.

Agradeció a su padre que la salvara; su madre era una experta en ponerla en situaciones complicadas pero por suerte su padre siempre la ayudaba a escaparse.Cenaron sin ninguna alusión al tema del chico y se perdieron en discusiones sobre fútbol primero y sobre moda después. Singularmente, a su madre le encantaba el fútbol, aunque su padre ponía en duda que supiese algo sobre el deporte; en el caso de la moda, su madre pensaba exactamente igual…
Eduardo, si tú no sabes que una falda tiene vuelo.

¿Vuelo? ¿Para qué necesitan volar las faldas? Además tú tampoco entiendes el fuera de juego.
¡Como que no! Es cuando sale uno y entra otro… una sustitución. Lo que pasa que lo llaman fuera de juego, porque queda mucho mejor.

Clara se lo pasaba en grande con estas discusiones, que solían acabar con su madre riñendo a su padre porque sólo veía moda por las modelos y su padre diciéndole que él estaba mucho mejor que los futbolistas.

Aquella ocasión no fue distinta y las risas le subieron el ánimo perdido. Se acostó pensando en el siguiente día de clase, otra vez con prácticas, otra vez iba a volver a ver a Leito…

¡Leito a cenar!
La voz de su madre lo sacó de la medio siesta en la que estaba sumido. Entró en la cocina restregándose los ojos.
Sus padres ya estaban a la mesa…
¿Estabas durmiendo? Te he llamado unas cuantas veces…
Sí, me he quedado frito encima de la cama. Lo siento…
¿Qué tal en clase?

Como siempre, bien.
Nadie dijo más, su madre no quería hurgar con lo de su compañera de prácticas y su padre estaba más interesado en discutir sobre la jornada del apertura y del equipo local, pues no había nada mas de que hablar.
La cena transcurrió por los rumbos habituales…

Me voy a la cama. Hasta mañana.
Una vez que los hubo dejado. El padre preguntó…
¿Le pasa algo? No ha dicho casi nada en la cena.
No te preocupes… Tan sólo se está re enamorando…
Eso es bueno… Haber si se anima un poco…
No sé si hicimos bien al inscribirlo en esa universidad…
No vuelvas con eso cielo, Leito saldrá adelante, es un gran chico…
Necesitaba ese cambio… y tú lo sabes…

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