lunes, 17 de noviembre de 2008

MESVERSARIO X (La gran noche)


“Diez minutos tarde… En fin, es una chica…”

Había llegado puntual, casi a la carrera y sin aliento, pero puntual… Por un instante una ráfaga de aire hizo que sintiese frío bajo su muy especial y fina casaquita.

¡Leito! ¡Hey Leito!
Se dio la vuelta esperando ver a Clara, pero no la vio, solamente vio a dos de sus amigas, una era Danay, la otra no la conocía…
¿Llevas mucho esperando?
No… diez minutos…
Lo sentimos… Por cierto, Clara viene más tarde, tenía problemas con la ropa…
La sonrisa de Danay hizo que Leito se relajara, por un momento, pensó que Clara se había arrepentido y lo había dejado plantado…

Este…
Soy Nataly, otra amiga de Clara.
Encantado, soy Leito.
Encantada.
Bueno hechas las presentaciones, que les parece si vamos hasta el bar.
Danay se cogió a un brazo de Leito y Nataly al otro, y los tres juntos se dirigieron al bar, donde las demás amigas de Clara les esperaban.

Mientras caminaban, las dos chicas notaron que Leito estaba un poco rígido y tenso…
No te preocupes Leito…
Clara nos dijo que te cuidáramos…
Y eso vamos a hacer…
Así que relájate, que no mordemos.
Aún…

Las dos chicas rompieron a reír al ver la cara de susto de Leito. Éste no las tenía todas consigo. Sin embargo, una vez que la cerveza y el ron empezaron a correr por la mesa, todos sus temores se desvanecieron y pudo comprobar de primera mano que Clara tenía razón con respecto a sus amigas…

“Son unas verdaderas marujas… pero buenas chicas…”

El tiempo corría despacio y aún no veía a Clara por ningún sitio; seguía la conversación con pinzas para poder contestar si le preguntaban o de vez en cuando introducir algún monosílabo o algún asentimiento de cabeza que dieran constancia de que estaba sentado con ellas.
Oye Leito, ¿y tu qué buscas en una chica?
La pregunta lo cogió desprevenido y por un momento no supo qué contestar…
Pues… no sé… que sea simpática, cariñosa… Vamos, lo que busca cualquiera ¿no?
Es decir, ¿qué esté buena?
Eso cuenta, pero casi prefiero ser capaz de mantener una conversación un tanto inteligente con ella, no sé si me entienden.
¡Jejeje! Claro que te entendemos, buscas a alguien como Clara…
Eso es, como Cla…
No acabó la frase, se dio cuenta de qué se la habían hecho; las chicas sonreían al verlo tan desconcertado. Ahora sí estaban seguras de que era el chico adecuado para Clara…Pero Leito había enmudecido sólo por el hecho de medio confesarse delante de desconocidas, sino por que acababa de ver a Clara entrar en el local…

Estaba preciosa vestida de negro, elegante, sexy… y un montón de calificativos que se perdieron en sus pensamientos.

Nada más entrar varios de sus amigos se acercaron a saludarla, los atendió condescendiente con una sonrisa en los labios, estaba demasiado contenta cómo para enfadarse con esos “buitres”. Acababa de descubrir a Leito sentado con sus amigas y le pareció encantador, la camisa le sentaba de maravilla y el pelo suelto le daba un aire distinto… Despachó cómo con prisa a sus amigos y se dirigió a la mesa dónde todo el mundo la esperaba…
¡Felicidades Nacho!
Menos mal que llegas, ya pensábamos que nos habías abandonado.
¿Cómo iba a perderme un día tan especial?
Leito la miraba embobado desde que había entrado en el bar, no había sido capaz de pestañear, ni tan siquiera de apartar la vista de ella: su mirada, la sonrisa incluso el borde de la falda lo atraían como un imán…

Bueno chicas creo que es el momento de darle el regalo a Nachito, ¿no?
¿No saludas a Leito?
Tranquilas está medio dormido…
En ese mismo instante, Leito regresó a la conversación…
No te preocupes por mi Danay, sobreviviré. Además yo también te he traído algo… Bueno en realidad, tengo algo para cada una de ustedes…
Todas sonrieron, estaba poniéndose colorado…

¡Que ilusión!
Leito le acercó el paquetito a Danay que le dio dos besos de agradecimiento…
Hay una un poco más grande y con más detalles que es la tuya… Las demás repártelas con tus amigas, pero deja que Clara escoja primero.
Eso haré…
Desenvolvió los regalos: sus amigas le habían comprado un pantalón y una camisa; Leito le había echo una pulsera trenzada.
Cuando el barullo de los regalos acabó, Clara con su nueva pulsera en la muñeca se acercó a Leito…

Perdona por la tardanza… Espero que Nata y Nacho te hayan tratado bien…Han sido muy buenas anfitrionas, aunque…
¿Qué?
Nada… era una tontería…
Clara le miró con cariño, se acercó un poco más a él y lo besó en la mejilla…
Que te echaba de menos… Todo un día sin verte… era mucho…No creas que ha sido fácil para mi… Teniendo que escoger entre toda la ropa, un conjunto que te gustase… Por cierto, ¿cómo estoy?

Preciosa, encantadora…
Gracias… ¿Sabes? Me encanta la pulsera.
Clara levantó la muñeca donde se había anudado la pulsera…
Además hace juego con los pendientes.
Leito no pudo contener una leve carcajada…
Siempre pensando en el conjunto.
Clara hizo un gesto, lo que provocó nuevas risas, pero esta vez se rieron los dos juntos. En la otra parte de la mesa, las amigas de Clara hacían apuestas a ver cuanto tardaban en estar…
No pasa de esta cerveza.
Pues yo creo que irá más despacio; Clara nunca fue muy lanzada y Leito no parece decidido.
Pero seguro que es antes de irnos para casa.
Eso seguro.
¿Leito?
Dime…

¿Cómo conociste a Alida?
Leito se quedó mirándola… La pregunta lo había cogido desprevenido, no la esperaba y no sabía por dónde salir…
Es que… no sé… igual te apetece hablar sobre tus amigos… o igual he sido un poco tonta al preguntarte algo así…
No pasa nada. Simplemente me cogiste por sorpresa.

“La vi por primera vez una noche de viernes, el último antes de empezar en la PRE, había salido con todos los amigos para despedir el colegio.
Ya sabes como son esas salidas… un descontrol total… y la ocasión era la adecuada jejeje o al menos eso creo. Así que cuando la vimos a ella y sus amigas, enseguida empezamos a arrimarnos. Estaban muy bien y había que intentarlo. En esa ocasión me tocaba a mí, presentárselas a mis amigos.
La verdad que fueron muy simpáticas con nosotros, pasamos toda la noche juntos y alguna acabó sucumbiendo a las técnicas de galanteo de algún amigo.
En fin, que podía tratarse de unas conocidas, sino fuese por que el lunes que empezamos las clases, Alida estaba en mi clase por supuesto en la misma PRE. Era nueva, había estado en un colegio de monjas en la capital, se vino para acá para estudiar medicina en la Universidad a la que yo iba a postular.

Clara le miraba sin pestañear, Leito, por su parte, cada vez parecía más ausente, más perdido en sus pensamientos, cómo en otra época. Tardó un rato en volver a hablar, Clara no le obligó a ello con preguntas, dejó que Leito retomara el hilo…

“Y el para coincidencias pues le tocó a mi lado en clase, iba después que yo en la lista y nos tocó sentarnos juntos los primeros días. Pero después, cuando los profesores ya no tenían en cuenta el orden no nos separamos, seguimos sentados juntos.
Poco a poco, empezó a entrar en mi vida y yo en la de ella, empezamos a coincidir los fines de semana en los mismos sitios, cada vez que nos veíamos, pasábamos más y más tiempo hablando…
Ya sabes… el roce hace el cariño y del cariño…”
Clara susurró el resto de la frase…

Y del cariño nace el amor más profundo…
“Empecé a echarla de menos por el solo hecho de no verla un sábado, de que no fuera a clase… Los abrazos, las caricias, fueron entrando en nuestra rutina… cada vez estábamos más unidos… hasta que un día…”

Leito se detuvo, pensativo, echó un trago de cerveza y posó la mirada en Clara…
Espero que no te aburras, porque vaya historia que te estoy soltando.
En absoluto, me tienes encandilada con la historia.
¿Segura?

– Leito sonrió.
Por supuesto, continúa por favor…
“Hasta que un día decidí hablar cara a cara con ella, me armé del poco valor que tenía y de un tirón le dije todo lo que sentía…

Aquella noche, estuvimos juntos por primera y única vez… Sin embargo, lejos de perder amistad, de perder, ya sabes, proximidad, nos unimos más y pasó a ser una relación un tanto especial entre amigos… Y así, hasta la última noche, antes de cambiar de universidad…”

Se quedó en silencio, Clara esperaba que siguiera, que le explicase muchas cosas, pero Leito ya no dijo más. Iba a interrogarle, pero sus amigas se levantaban para irse, así que dejo las preguntas para más tarde.

Cuando salieron a la calle, Danay se situó al lado de Clara y Nataly se llevó a Leito unos pasos por delante…

Cuenta, cuenta ¿de qué hablaron?
De nada en particular, Nachito.
Venga Clara, dimelo porfi, porfi.
Está bien, le pregunté sobre Alida.
¿Alida? ¿Quién es Alida?
Una amiga que tenía, estaba loquito por ella.
Y tu estás loquita por él, así que animate. Aprovecha ahora en la cena, habla sobre ti y él y nadie más.
Pero Nacho… no sé si…No hay pero que valga…

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